Día de los Muertos Español

El Día de Muertos es una ocasión especial para la comunión entre los vivos y los muertos. Los rituales, la comida y los objetos, así como las prácticas particulares de recordar a los muertos, varían a través de México. Durante los finales de octubre, los mercados de los pueblos y las ciudades se llenan de los especiales artículos hechos a mano para la fiesta. De hecho, algunas de las más interesantes cosas de muertos están diseñadas para ser comida de los vivos. El pan con forma de huesos humanos, las calaveras de azúcar y ataúdes de cartón se burlan de la muerte. Tirar una cuerda al final de un ataúd de cartón abrirá la parte superior y se erigirá un muerto con forma de calavera a una posición sentada. Personas de toda condición son retratadas como calaveras (huesos o esqueletos). El profesor y el piloto están fabricados de papel maché en forma de esqueletos. En el mercado, hay velas de 3 pies de altura para iluminar la tumba y cempasúchil (flores parecidas a caléndulas) cuyos pétalos tradicionalmente se esparcen para guiar a los muertos en el camino hacia la casa familiar. 

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Se cree que la tradición de la calavera como ícono central para la celebración del Día de Muertos alude a las calaveras aztecas elaboradamente decoradas para su uso como máscaras u ofrendas. La calavera de azúcar es una forma de calavera que está disponible en el mercado. Hecho de azúcar y agua y decorado con ojos brillantes y marcas faciales hechas de glaseado, la calavera de azúcar tiene un lugar en la parte superior para tu nombre. Al comer tu propia calavera, la idea es que te conviertes en un compadre (compañero) de la muerte en lugar de su adversario. El azúcar también se usa para fabricar varios animales que acompañarán a los muertos en su viaje hacia y desde Mictlán, la tierra de los muertos. 

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Una sorprendente conciencia de la muerte se muestra en grafitis y adornos que decoran coches y autobuses. Los periódicos se deleitan con relatos de muertes violentas, y los obituarios están enmarcados con llamativos bordes negros. Retratan al Salvador sufriente con una viveza sangrienta. La poesía mexicana está llena de símiles que comparan la fragilidad de la vida con un sueño, una flor, un río o una brisa pasajera. La muerte se describe como el despertar de una existencia onírica. 

--Entrada de Credo de Encyclopedia of Death and the Human Experience

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